¿Qué es exactamente Dinamo? ¿Cómo surge la idea de crearla?
Como profesionales de las Ciencias de la Educación, hemos estado años transitando por diversos espacios educativos en Argentina, que aún reproducen métodos de enseñanza que se alejan de la sociedad y de la enseñanza actual. Por eso, considerábamos preciso convertir nuestra crítica en acción, transformando esa energía que a veces destinamos a la inconformidad en un impulso para generar propuestas innovadoras.
Decidimos entonces enfocarnos en la creación de entornos de aprendizaje colaborativo que invitaran a sus miembros a reflexionar, rediseñar e innovar en sus prácticas, siendo los docentes el factor esencial del cambio.
¿Qué tipo de formación ofrecéis?
Desde Dinamo proponemos un modelo pedagógico flexible, basado en comunidades de práctica, metodologías activas, herramientas tecnológicas y audiovisuales y estrategias disruptivas que combinan el arte y las emociones. Planteamos el ensayo – error como el desafío constante de aprender en conjunto, emprendiendo una tarea colectiva que revaloriza el rol del docente y su impacto en la comunidad educativa y social.
Dichas ideas se materializan en Dinamo en las siguientes acciones:
- Laboratorio de formación itinerante: permite experimentar el aprendizaje de metodologías activas con talleres y dinámicas que desafían a concebir las prácticas educativas desde ámbitos tecnológicos, artísticos y emocionales.
- Laboratorio de diseño de experiencias: ofrece asesoría pedagógica a las instituciones que busquen la transformación gradual de sus centros.
- Comunidad educativa: generación y difusión de nuevos conocimientos que contribuyan a intercambiar experiencias y aprender de colegas que inspiran y motivan a nivel nacional e internacional.
¿Qué ventajas e inconvenientes consideráis que tienen el uso de las nuevas tecnologías en las aulas?
Como docentes, creemos que ha llegado la hora de poner el foco en aquellos aspectos que nos potencian y benefician. Nos encontramos viviendo en una sociedad hiperconectada, donde la mayor parte de nuestra vida se gestiona a través de un smartphone. La escuela no puede ni debe estar exenta de este proceso.
Es preciso dotar las instituciones educativas con el equipamiento tecnológico correspondiente, acceso a Internet, capacitación continua y acompañamiento a nuestros estudiantes para una formación crítica en escenarios digitales. Por eso, creemos que la tecnología debe adquirir un sentido más allá de lo meramente instrumental para convertirse en un herramienta capaz de transformar los contenidos impartidos en las aulas, desafiando mediante su uso la creación de nuevos conocimientos.
¿De qué manera puede la educación generar cambios positivos en la sociedad?
Entendemos la Educación desde un enfoque integral, que combina las dimensiones cognitivas, emocionales-afectivas y físicas de las personas. Percibimos la docencia como una profesión que contribuye a crear un mundo mejor, mediante la construcción de espacios de aprendizaje que potencien las habilidades del otro, pues creemos en las personas y en los equipos de trabajo como generadores de cambio y transformación social.
¿Por qué es tan importante el rol del docente en la enseñanza?
Reconocer la labor docente es el corazón de la transformación social y educativa, ya que impacta en la vida de los estudiantes generando cambios sustanciales en su crecimiento: el desarrollo de su personalidad, la adquisición de valores, la capacidad de toma de decisiones y la conquista de nuevas habilidades, entre otras.
Ser educador, es asumir el compromiso social y político que conlleva la ardua tarea de construir un mundo que genere igualdad de oportunidades para nuestros estudiantes, contribuyendo continuamente desde los espacios que habitamos, donde la mayoría de las veces se encuentran atravesados por situaciones de vulnerabilidad.
Si bien la pedagogía debe responder a las necesidades e intereses de los alumnos, es la figura del docente la que convoca a que el aprendizaje suceda, reconociendo sus posibilidades y limitaciones, humanizando su práctica y ejerciendo sus derechos.
Re-pensar la función docente alejada al anacronismo pedagógico y ofrecer participación activa y significativa dentro del proceso de aprendizaje; permitirá no sólo brindarle a éste una cuota de motivación y compromiso; sino además, retornar la validez social y prestigio que merece.
Porque la tarea docente no “da igual”. Su accionar no termina en los muros escolares.
En Dinamo, consideramos necesario que los educadores y las educadoras se animen a asumir su tarea de diseñadores pedagógicos, en donde sean facilitadores de propuestas que permitan la apropiación de saberes y acciones en un sentido amplio, flexible y crítico: un lugar de libertad, elección, socialización y juego.
¿Cómo veis el futuro de la educación en Argentina?
Analizar las reformas educativas en nuestro país sería extenso, pero no podemos dejar de mencionar que las discontinuidades en las políticas educativas han impactado en la forma de aprender. Las desigualdades han crecido exponencialmente, por lo que la educación continúa siendo el mecanismo de ascenso social de diversas generaciones que buscan no ser excluidas en las posibilidades de acceso a la escolaridad y al mundo laboral.
Frente a esta realidad, consideramos fundamental que el Estado propicie los procesos de cambio que la Escuela demanda desde hace años, invirtiendo en infraestructura, brindando capacitación docente, otorgando sueldos que sean justos, acompañando con una gestión educativa que avale y promueva espacios de construcción y prácticas concretas.
Con esto último nos referimos a disminuir (o en lo posible erradicar) las grandes contradicciones de nuestro Sistema Educativo: si proponemos innovar en formatos pedagógicos debemos pensar entonces cómo será esto posible en el accionar cotidiano si continuamos estandarizando el aprendizaje, utilizando los mismos modos de evaluación y no otorgando los recursos necesarios y coartando la posibilidad de desarrollo de la profesión docente.