Uno de los tantos cambios que supuso la pandemia de Covid-19 fue el cierre de las escuelas e institutos y la readaptación de las clases al formato online. Como consecuencia, la comunidad educativa de distintos países se ha visto forzada a una transición tan rápida como inesperada al aprendizaje a distancia. Hemos querido conocer de cerca cómo fue la experiencia de la Institución de Los Hermanos Maristas de Chile. Cuáles fueron los desafíos que afrontaron, de qué herramientas se valieron para esta transformación y qué recomendaciones harían en base a su experiencia.
Colegio Maristas de Chile
La historia cuenta que la congregación de Los Hermanos Maristas llegó a Chile en febrero de 1911. Y un mes después, el 25 de marzo, se abría el primer colegio Marista del país en la ciudad de Los Andes. Hoy ya son 12 establecimientos pertenecientes a la obra.
Si bien es una de las instituciones educativas más antiguas en Chile, desde la suspensión de las clases presenciales el 15 de marzo, se han reinventado rápidamente, adaptando el proyecto digital con el que ya venían trabajando de manera presencial desde el 2015 de la mano de la plataforma educativa BlinkLearning.
Realinfluencers ha querido conocer con palabras de los diferentes protagonistas cómo se ha vivido el cambio de la modalidad presencial a las clases virtuales. Santiago Vasconcello, Representante de la Sede de la Congregación; Pedro Díaz, Rector del Instituto Alonso de Ercilla; Juan Basoalto, Coordinador Académico del Instituto Marista San Fernando; y Tomás Abarca, Profesor de Ciencias de Instituto O´Higgins de Rancagua, nos cuentan su experiencia y cómo fue dar respuesta desde el centro educativo bajo esta situación.
Introducción de un proyecto digital
Realinfluencers: Además de ser Coordinador Académico, Juan Basoalto lleva 17 años al servicio de la educación. Juan, en tu rol de coordinador, ¿cuáles crees que pueden ser los mayores retos a la hora de introducir un proyecto digital en el colegio?
Juan Basoalto: Uno de los mayores retos a la hora de introducir un proyecto digital en un colegio tiene relación con la motivación que pueda tener cada integrante de la comunidad educativa con las TICs. Que encuentre sentido en que estas nuevas herramientas pueden favorecer nuevos y mejores aprendizajes, con metodologías innovadoras, que también permiten desarrollar las competencias para el siglo XXI.
R: ¿Cómo ha ayudado al colegio tener un plan digital previo a la contingencia de cuarentena que estamos sufriendo?
Juan Basoalto: El haber contado con un plan digital previo nos ayudó bastante a controlar la ansiedad que se generó en un principio. Dando cierta tranquilidad a los profesores y bajando los grados de ansiedad de nuestras familias y estudiantes en esta cuarentena. También ha permitido generar un mayor trabajo colaborativo entre los profesores para ir compartiendo a través de las metodologías utilizadas las herramientas que tiene BlinkLearning.
Santiago Vasconcellos es, además de Representante de la Institución, Magíster en Gestión Educacional con 33 años de experiencia. Para él, contar con un plan digital ya en marcha:
“Ha ayudado a que el cambio se haya ido dando paso a paso, pero sin pausas. No obstante, el cambio aún no se instala, incluso en nuestros colegios que llevan años de tecnología educativa y cuya alfabetización digital e informacional es buena. No conviene hablar de que “el cambio” ha llegado. Nosotros estimamos que estos cambios recién comienzan; razón por la cual se precisa estar dispuestos a que “estos cambios” formen parte de nuestra vida. Antes todo avanzaba sistemáticamente. Hoy es sistemático y, a su vez, es progresivo”.
Los desafíos de la educación a distancia
R: Santiago, como parte del equipo de Educación de Marista de Chile que anima a la implementación y desarrollo del Modelo Pedagógico de la Red de Colegios Maristas de Chile ¿Qué ha cambiado en la forma de trabajo de los colegios tras la crisis del COVID-19 a nivel pedagógico?
Santiago Vasconcellos: Todo. Ha cambiado todo. Todo lo preceptuado y planificado a principios de año hubo que volver a planificarlo, pero para períodos cortos. Es tan grande el miedo, las incertidumbres y las dudas que no vale programar al mediano plazo, pues todo lo que se está implementando puede no dar respuestas a esas necesidades emergentes.
Para Pedro Díaz, Rector del Instituto Alonso de Ercilla, con más de 30 años de dedicación a la docencia y Magíster en Gestión, para desarrollar el proceso de reconversión de una propuesta educativa presencial a la modalidad a distancia ha sido necesario tener presente los siguientes aspectos y enfrentar sus correspondientes desafíos:
- Gradualidad. Partimos con los cursos más grandes y los educadores más capacitados.
- Capacitación. Fue necesario formar rápidamente a los docentes en esta forma de hacer clases.
- Entrega de recursos. Previo diagnóstico, se dotó de herramientas a los educadores (computador, Internet, etc.).
- Priorización del currículum. Cada asignatura hizo este trabajo.
- Diálogo con los padres. Lograr su comprensión y compromiso fue clave en el proceso.
“Con diálogo, diálogo y más diálogos” señala Santiago Vasconcellos. “Escuchando más los «ecos» que los «egos», dicen los Hermanos que nos animan y dirigen, validándose ambas expresiones en el día a día, pues vivimos en reuniones, pero que son muy necesarias debido a las incertidumbres que se viven y, reuniéndonos podemos crear conocimiento en conjunto para mitigar, en parte, ese océano de incertidumbres y ese archipiélago de certezas, como dice Morin”. (nota de redacción: hace alusión al filósofo francés Edgar Morin).
R: Para los profesores el reto es cambiar la formas de dar las clases, ¿qué desafíos encontraron en su día a día?
Juan Basoalto: El principal reto que genera cualquier innovación con tecnología en la educación es cambiar los paradigmas de aquellos profesores que se resisten a salir de su zona de confort. Cuando se da el paso, en donde todo el equipo asume el desafío de incorporar la tecnología, porque primero le es práctico y luego porque van entiendo que los aprendizajes, se pueden ir logrando de una manera mucho más profunda y colaborativa entre los estudiantes, le van encontrando un mayor sentido a los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Desde la visión de los profesores, Tomás Abarca, Profesor de Ciencias del Instituto O´Higgins de Rancagua con más de 30 años de docencia, cuenta que la experiencia de dar clases a la distancia fue un desafío:
“De encontrar mejores medios para hacer más didáctica la interrelación a distancia. A la vez, una satisfacción de ver la aceptación de los alumnos, su participación y entusiasmo, y que hay un aprendizaje de conceptos. También nace acá la creatividad, la búsqueda de pizarras interactivas, programas y sentir el apoyo de la plataforma BlinkLearning en su uso y utilidad tanto en sala de clases como ahora en forma virtual a distancia«.
R: ¿Qué es lo más difícil de dar las clases a distancia?
Tomás Abarca: Tener los medios técnicos, una buena PC, buena conexión para todos. Casi la mayoría de las dificultades son de conexión, pero se solventa al grabar los vídeos y colocarlos en una plataforma como BlinkLearning, en donde el alumno puede repasar o ver las clases a las que no pudo asistir.
R: Tomás, ¿qué le aconsejarías a un colega que todavía no había iniciado la transformación digital en su centro escolar y, debido al confinamiento, en apenas días tuvo que adaptarse?
Tomás Abarca: Le diría que se atreva a buscar herramientas, buscar tutoriales y dar rienda suelta a su creatividad. Existe un sin fin de medios en la Red, algunos mejores que otros pero que parta, y en la medida de cómo va aprendiendo irá mejorando muy rápidamente. Pero que se atreva e inicie, ya que los alumnos lo requieren, todos hemos ido aprendiendo poco a poco.
R: Haces referencia a buscar herramientas ¿qué herramientas digitales recomendarías para poder planificar las clases a distancia?
Tomás Abarca: Hasta el momento encuentro que BlinkLearning posee las mejores herramientas de creación, evaluación e interactividad, lo que me ha permitido subir videos de las clases, materiales de trabajo personal, crear evaluaciones interactivas. Tanto para las clases formales y ahora más con su uso en cuarentena.
Si no cuentan con una plataforma como BlinkLearning o un portal escolar, puede usar las herramientas de Google, por ejemplo Classroom, en donde puede mandar tareas, recibir trabajos, evaluar, etc. Y para videoconferencias y la clase en sí, tienes Zoom, Google Meet, Microsoft Teams. Luego, buscar pizarras interactivas como Google Jamboard. Y para efectos de profesores de matemáticas, la mejor es IDroo.
También, existen herramientas de interactividad como Kahoot, que les gusta mucho a los alumnos y te permite hacer consultas, evaluar o en su móvil explorar conocimientos previos.
Una mirada al futuro
R: ¿Creen que estos cambios serán temporales o afectarán en la forma de trabajar a largo plazo?
Santiago Vasconcello: Tengo la certeza de que llegaron para quedarse. La pandemia «obligará» a que, más temprano que tarde, nuestros procesos de aprendizaje/enseñanza se transformen en diseños híbridos, es decir, presenciales y virtuales. Pues el desafío de replantearse el rol del profesor tras la pandemia será fuerte y, quizás doloroso, pues las experiencias vividas tras la «virtualidad» son muchas y variadas que nos exhortan a tomar decisiones que, en estos momentos, no es dable precisar; pero vendrán…
R: Todos los cambios tecnológicos y esfuerzos de transformación generalmente implican un cambio cultural. ¿Qué tipos de cambios creen que se avecinan en el sistema educativo?
Pedro Díaz: La relación alumno – profesor ya no será la misma. También cambiará la forma de aprender y enseñar, se ampliarán las formas de colaborar, más a distancia. Y se valorará más la cercanía, el crecimiento personal y afectivo que lo exclusivamente intelectual.
R: ¿Es posible sacar conclusiones positivas de todo este proceso que está atravesando la comunidad educativa?
Santiago Vasconcello: Muchas. Para los procesos educativos: la llegada de estas «máquinas amigas» constituyen un complemento para nuestra labor. No son enemigos, pues acá no hay ninguna guerra.
Por otro lado, la necesidad imperiosa de trabajar de manera colaborativa, dejando de lado esas creencias que exacerbaron a unos pocos «iluminados» como los dueños del conocimiento. Hoy, la construcción social del conocimiento a través de estas máquinas ha sido más significativa (también cansadora) que antes, pues «lo ocurrido» nos ha obligado y motivado a encauzar las naves en la misma dirección para navegar juntos. Finalmente, colocar en la palestra las diferencias y atributos que tienen los procesos sincrónicos y asincrónicos para la pedagogía y su futuro.
Juan Basoalto: Con todo este proceso que estamos viviendo sin duda van a cambiar muchas prácticas al interior de los establecimientos. Desde lo positivo, se van a replantear muchas instancias como que ya no va a ser necesario la presencia. Debido a que la tecnología será manejada por una mayor cantidad de integrantes, facilitando así muchas decisiones que se pueden tomar de manera remota, y ganar tiempos que son importantísimos para poder seguir compartiendo en familia.
Tomás Abarca: Curiosamente, he conocido más a mis alumnos ahora que en forma presencial. Incluso he estrechado más lazos afectivos, al trabajar con ellos, respondiendo consultas y trabajando con los que más les cuesta.
También he descubierto que mejora la creatividad de cómo hacer mejor las clases, y he descubierto más herramientas para llegar más a los alumnos.
«Las TIC no reemplazan ni reemplazarán al profesor (…) Adaptarse significa ser humildes y escuchar lo que las nuevas tecnologías nos están diciendo, pues no todo es nocivo».
Santiago Vasconcello
R: ¿Cómo se están viviendo estos cambios del lado del alumnado?
Juan Basoalto: Los estudiantes están mucho más dispuestos a integrar en sus prácticas habituales y cotidianas la tecnología, encontrando siempre la utilidad cuando esta les da sentido en sus procesos de enseñanza y aprendizaje. También los estudiantes evidencian que el mundo escolar no es un mundo aparte del que ellos viven, porque la tecnología que utilizan la pueden utilizar como una herramienta para su proceso educativo con sentido y no sola y exclusivamente como entretenimiento.
R: ¿Desde Maristas de Chile qué consejos darían a otros colegios que están planteando qué hacer a nivel pedagógico para adaptarse a la nueva realidad?
Santiago Vasconcello: Que se adapten; es decir, que renuncien a sus creencias y paradigmas muchas veces enquistados y anquilosados producto de las herencias.
Las TIC no reemplazan ni reemplazarán al profesor; al menos en estos momentos. Tampoco sabemos qué consecuencias para la Educación tendrá la «AI» o la inteligencia artificial, ya que, en estos momentos se están llevando a cabo algunas experiencias que podrían modificar, aún más, esos paradigmas que se niegan a cambiar. Adaptarse significa ser humildes y escuchar lo que las nuevas tecnologías nos están diciendo, pues no todo es nocivo. De hecho muchas plataformas están diseñadas para incrementar la calidad de vida de nuestros docentes. Hay un sinnúmero de tareas que son fácilmente automatizables pudiendo el profesor no tener que perder tiempo en algo que «las máquinas» pueden hacer por él. Pero para eso hay que estudiar.
Queremos agradecer a la Institución Maristas de Chile, en especial, a Santiago Vasconcello, Pedro Díaz, Juan Basoalto y Tomás Abarca por su tiempo brindado.
También puede interesarte: