Por Isabel Rodríguez, periodista colaboradora en Realinfluencers


¿Quién no conoce Facebook, Twitter, Instagram…? Las redes sociales han transformado la manera de comunicarnos y, hoy en día, resulta extraño no contar con los inconfundibles iconos de sus aplicaciones en la pantalla de los smartphones de cualquier estudiante o profesor.

En la era de la inmediatez, su uso está tan extendido que permite conectar a grupos de iguales, pero también a todo tipo de individuos que pueden descubrir en la pantalla de un teléfono, tablet u ordenador, contenidos y datos que trascienden de la mera información pública y, en ocasiones, dejan al descubierto datos personales cuyo uso puede afectar al desarrollo de adolescentes, adultos y hasta niños de edades tempranas.


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Encontrar la fórmula mágica que permita hacer una gestión responsable de las redes sociales es tan complicado que las configuraciones de privacidad y los contenidos se analizan con lupa. Sin embargo, la complejidad del panorama que dibujan estas potentes herramientas de comunicación, impone una necesidad acuciante de educación para conseguir que sus protagonistas hagan un uso responsable de las mismas

La labor de los docentes al respecto se desarrolla, fundamentalmente, desde dos perspectivas clave. Por un lado, las diferentes plataformas son empleadas como recursos educativos a través de los cuales, no sólo es posible implicar a los estudiantes en el desarrollo de los contenidos del aula sino que, además, despiertan su curiosidad sobre las materias tradicionales presentándolas en un soporte que utilizan en su día a día.

Los peligros que representan estos medios de comunicación es otro de los pilares sobre los que se articula la labor de los docentes y, en este sentido, dedican tiempo y esfuerzos al desarrollo de iniciativas encaminadas a enseñar a los alumnos a hacer un uso responsable de las redes sociales.


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Alumnos convertidos en héroes

María Egea es profesora de Tecnología, Programación y Robótica en el Colegio Humanitas Bilingual School de la madrileña localidad de Torrejón de Ardoz. Su clase de 2º ESO es una cantera de héroes. Con ellos está desarrollando el proyecto TIC Hero, una iniciativa que persigue hacer de los estudiantes auténticos expertos en seguridad de la imagen digital, utilizando como punto de partida el robo de unas imágenes personales. La incertidumbre al respecto de qué ocurrirá con sus fotografías motiva que investiguen sobre los peligros de Internet y qué pueden hacer para defender su imagen digital como auténticos héroes.

“En el proyecto aprenden los peligros de compartir su información personal en redes sociales (…), lo fácil que es que alguien pueda conocer datos delicados” explica Egea, que asegura que los contenidos de la iniciativa reflejan gran parte del temario de su asignatura en la que se abordan desde los peligros de la red a su uso responsable, pasando por cómo funciona o la imagen digital.

Figuras como las de Edward Snowden o Aaron Swartz, “hacktivistas que cambiaron su vida por la libertad de la información en Internet y la privacidad de los datos personales en la red” en palabras de la docente, se convierten en referencia para los alumnos que hacen de ellos sus propios héroes.


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Del análisis de Egea sorprende cuán concienciados están los alumnos al respecto de cuestiones como el ciberbullying mientras que, otros aspectos, como el hecho de conectarse a una wifi abierta, tener perfiles públicos o no proteger sus contraseñas no los advierten como riesgos en la red.


«Al principio se ríen al contar el poco cuidado que tienen en la red, pero después se animan a contar situaciones comprometidas y piden consejo sobre qué hacer en cada situación. Nunca sabes hasta dónde influyes, pero sí esperas que, al menos, estén mejor informados».

María Egea


Redes sociales como instrumento pedagógico

En el mismo centro torrejonero imparten sus clases Tiffany Banatao y Paloma Poison, ambas profesoras de  secundaria de lengua extranjera (inglés). Su propuesta Instagram-mar está centrada en reforzar la gramática de los tiempos verbales empleando para ello una cuenta de Instagram de un personaje de ficción. En la práctica, la iniciativa es mucho más que postear imágenes y comentarlas para corregir, entre todos, los posibles errores gramaticales detectados.

Aunque la parte más visible del proyecto se redujo a tres semanas que culminaron hace un par de meses, durante la fase previa a la creación de las cuentas por parte de los alumnos, se realizaron distintas sesiones de flipped classroom, quizz, etc, en las que fueron desgranándose los aspectos a trabajar, teniendo una gran aceptación entre los estudiantes.


«Instagram es la app social por excelencia entre los jóvenes y adolescentes de hoy en día. Para nuestro cometido, creíamos que era la mejor ya que están familiarizados con ella (…). Les hizo mucha ilusión poder usar el móvil en horario de clase ya que está totalmente prohibido en otras circunstancias».

Tiffany Banatao | Paloma Poison


Otros proyectos de éxito

Los ejemplos del uso de las redes sociales como recurso educativo son de lo más variopinto. Una de las plataformas más populares entre los docentes es Twitter, fuente innumerable de propuestas que van desde iniciativas personales que parten de profesores a cuentas creadas por los propios alumnos al albor de las tareas del aula.

Bajo el hasta #MujeresHistóricas y utilizando como canales principales Twitter y YouTube, varios profesores españoles, entre ellos Isabel García-Velasco, (docente de Historia y Ciencias Sociales del instituto Sapere Aude de Villanueva del Pardillo) se lanzaban a reinventar su labor buscando fórmulas atractivas para atraer a sus alumnos.

Crear ‘memes’ para aprender filosofía difundiéndolos a través de Twitter es la propuesta de otro docente innovador, Eduardo Infante, maestro en el Instituto San Eutiquio La Salle de Gijón. En la misma aplicación práctica de las redes sociales a la docencia, nos encontramos con Juanito Libritos, un profesor malagueño que se ha propuesto enseñar historia de España a sus alumnos del Instituto Público Las Lagunas de Mijas Costa (Málaga) a través de WhatsApp.

En líneas generales, los docentes coinciden en afirmar que el uso de las redes sociales en el aula es efectivo aunque no está exento de riesgos. Una formación adecuada de los profesores es  clave para optimizar esta potente herramienta a la que, como explica Egea:


“no hay que tener miedo pero tampoco perder el respeto. Hay que acompañar a los adolescentes cuando comienzan a usar las RRSS y hablarles de los riesgos y, después, constantemente recordarles las cosas que no deben hacer, hablando de lo que puede suceder”.


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