Los países en vías de desarrollo siguen sin beneficiarse de las tecnologías digitales. Esta es una de las principales conclusiones del «Informe de desarrollo mundial 2016: dividendos digitales», recientemente publicado por el Banco Mundial. Os dejamos 7 ideas clave del documento.
1. La brecha digital sigue siendo muy significativa
De acuerdo con los datos del informe, en este momento hay 7.000 millones de personas con acceso potencial a servicios móviles, pero solo existen 5.200 millones de aparatos y una cantidad desproporcionada se encuentra en los países desarrollados, donde es común que una persona tenga múltiples teléfonos, e incluso en las familias más pobres 7 de cada 10 tienen móvil.
Asimismo, si bien es cierto que actualmente hay 3.100 millones de personas con acceso a Internet, también lo es que esa cifra representa apenas un 40% de la población mundial, y solo 1.100 millones tienen acceso a banda ancha. China es el país con más usuarios, seguida de Estados Unidos, India, Japón y Brasil. Los países africanos son los que cuentan con menos usuarios.
En los países desarrollados, es común que una persona tenga más de un teléfono móvil
2. Internet puede ser uno de los mejores promotores del desarrollo
El informe define como «dividendos» las ganancias en crecimiento (en % del PIB), los puestos de trabajo creados y el incremento de servicios disponibles que puedan ser, directa o indirectamente, relacionadas con la implementación y el uso de herramientas digitales, especialmente Internet.
Alrededor del mundo, el uso de la Red tuvo y sigue teniendo un importante papel de inclusión. Transacciones y contactos que antes solo estaban disponibles para grandes grupos empresariales están ahora al alcance de cualquier pequeño empresario que trabaje desde su casa. Solo en China – la potencia emergente que mejor aprovechó el boom tecnológico, imponiéndose como segunda economía del mundo – 200.000 microempresas exportan ahora sus productos y se estima que el ecommerce ha creado cerca de 10 millones de empleos en los últimos años.
Internet promueve el desarrollo a través de 3 mecanismos: inclusión, eficiencia e innovación
«Las tecnologías digitales han ampliado de forma espectacular la base de información, disminuido los costes de información, y creado los bienes de información», se puede leer en el documento. «Esto ha facilitado buscar, emparejar y compartir información contribuyendo a una mayor organización y colaboración entre los agentes económicos».
Internet promueve así el desarrollo a través de 3 mecanismos: inclusión (búsqueda de información), eficiencia (vía automatismos y coordinación) e innovación (a través de economías de escala y nuevas plataformas).
3. El tamaño del sector de las TIC sigue contribuyendo de forma modesta al crecimiento
Internet puede generar más comercio, mejor uso del capital y más competencia, pero las nuevas tecnologías todavía representan una pequeña parte de la economía en general. En los países de la OCDE, su peso no va allá del 6% (4,3% en España) y en EE.UU tan solo representa un 7%, pese a contar con 8 de las 14 mayores empresas tecnológicas.
4. Internet puede estrechar la relación entre gobiernos y ciudadanos
Mejorar la eficiencia de los servicios públicos es una tarea complicada, ya que dichos servicios no se pueden intercambiar ni están sujetos al libre mercado. Se esperaba así que Internet pudiera traer importante cambios en la forma en que el Estado interactúa con los ciudadanos y las empresas y, en muchos casos, eso ha pasado.
En Mozambique, los electores pudieron denunciar irregularidades en las urnas gracias a un servio SMS
En India, por ejemplo, un país donde el difícil acceso a servicios públicos mantuvo a la mayoría de la población sin documentos de identidad, más de 900 millones de personas han logrado obtener un DNI digital vía Internet en los últimos cinco años, lo que les ha permitido abrir cuentas bancarias o controlar los destinatarios de fondos públicos. En Mozambique, donde los fraudes electorales son comunes, un servicio de SMS permitió a los electores denunciar irregularidades en las urnas y la participación en las elecciones tuvo un incremento de 5%.
5. Nuevos riesgos obstaculizan la conveniencia de la Red
Después de un gran entusiasmo inicial con nuevos servicios tales como los motores de búsqueda, el acceso a bancos o las redes sociales, los usuarios empiezan a ser conscientes de los riesgos reales que representa el uso de Internet. Además de las violaciones de privacidad, el ciberacoso o los problemas generados por la imborrable huella digital, crecen los episodios de robos de identidad o de productos comprados que nunca llegan a su destino.
Sigue sin existir una regulación clara y homogénea común a todos los países
Más grave aún es la vigilancia (ya sea técnicamente legal o no) por parte del Estado, y la venta o intercambio de datos personales de usuarios entre empresas. Entre el lenguaje complejo de los términos de uso de las plataformas digitales y una reglamentación poco clara y homogénea (siguen sin existir normas legales comunes a todos los países a pesar del carácter global de la red), la confianza en la seguridad de uso de Internet se ha desplomado en los últimos años. Una encuesta reciente reveló que solo 18% de los franceses y 16% de los alemanes se sienten seguros utilizando Internet.
6. Las reformas de la UE pueden servir de modelo para otras regiones del mundo
La Unión Europea (UE) sigue funcionando como un mercado fragmentado para el comercio digital – los consumidores de la UE prefieren comprar en tiendas en línea dentro de sus fronteras nacionales. Mientras que el 44% de los consumidores hizo una compra en línea de una empresa nacional en 2014, sólo el 15% lo hizo a partir de un negocio en otro país de la UE. En mayo de 2015, la Comisión Europea (CE) anunció la creación de un mercado único digital, asentado en tres pilares: aumentar el acceso de los consumidores y las empresas a los bienes y servicios digitales, mejorar la entrega de paquetes e impedir el bloqueo por geolocalización. Si las reformas anunciadas son exitosas, la UE podría convertirse en un modelo para las demás regiones.
7. Un Internet universal más asequible y seguro es posible
El Banco Mundial reconoce los retos que quedan delante y apunta posibles soluciones. En primer lugar, avisa que el esfuerzo para equilibrar los «dividendos digitales» debe ser común. De un lado, tocará a gobiernos y empresas liberalizar el mercado, controlar violaciones de monopolio e impedir comportamientos de cartel que perjudican a los consumidores; del otro lado, los usuarios deberán abstenerse de usos incorrectos o criminales, respetar a los demás usuarios y cuidar su información personal y sus identidades digitales.
Foto: portada del «Informe de desarrollo mundial 2016: dividendos digitales»