Descubre cómo llevar a cabo una metodología de aprendizaje cooperativo en tus clases y cómo la tecnología te ayuda a hacerlo.

Aprender a cooperar es una habilidad fundamental para todos y todas. Cooperar ayuda a crear conexiones entre experiencias, ideas y personas. También ayuda a planificar, revisar y cambiar estrategias que seguimos. Es una habilidad que forma parte de las 4 Cs que inspiran la transformación: la comunicación, la colaboración, la capacidad de pensamiento crítico y la creatividad. Y es que cooperar/colaborar no sólo forma parte de estas 4 Cs sino que va implícita en cada una de ellas.

Debemos tener en cuenta que el alumnado trabaje en grupo aporta muchas oportunidades para que puedan consolidar sus conocimientos, analizar diferentes maneras de explicar las cosas, ser consciente de las incongruencias que pueden surgir en sus discursos o posibilitar que se planteen preguntas que puedan descubrir nuevas conexiones en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Todo esto es muy enriquecedor, pero, como todo en la vida, tenemos que aprender las bases para hacerlo y sacarle el máximo partido. Es por eso que, es esencial desarrollar la capacidad de cooperar y colaborar entre los estudiantes.

A todo esto se suma que el alumnado tendrá seguramente que colaborar usando medios digitales en su futuro personal y profesional. El potencial que aporta la tecnología a la colaboración también conlleva hacer frente a varios desafíos.

Desarrollar esta competencia de colaboración en tu alumnado es un reto y muchas veces se puede caer en hacer simples trabajos en grupo que no llegan a cumplir ese propósito. Sin embargo, en un trabajo en grupo, que no un trabajo en cooperativo, muchas veces no se tienen en cuenta de manera primordial aspectos clave para el desarrollo de la cooperación. 

Existen 5 principios básicos del aprendizaje cooperativo desarrollados por los Hermanos Johnson que ayudan a conseguir desarrollar esa competencia de colaboración y cooperación en el alumnado. Estos principios son:

  1. La interdependencia positiva es sin duda uno de los aspectos que diferencian de manera clara el trabajo en grupo del trabajo cooperativo. Tiene que ver con la sensación de que el grupo es algo más que un grupo y que los miembros viven en un clima de confianza que les hace sentir que no podrán alcanzar sus objetivos si no se hace de una manera conjunta.
  1. La responsabilidad individual. Es muy importante que cada miembro del grupo aporte una parte para el éxito grupal. Hay que tener claro que el objetivo del trabajo cooperativo no es sólo llegar a realizar algo entre varias personas, sino que se trata de que, a través de la interacción, aprendamos a hacerlo solos.
  1. La interacción cara a cara es estimuladora, es decir, la capacidad para promover entre los miembros la ayuda, el compartir recursos y el animar a sus compañeros durante el proceso.
  1. El desarrollo de habilidades Interpersonales o cooperativas. Si como docentes nos quejamos de que nos cuesta tanto cooperar entre nosotros…¿Cómo podemos pretender que los alumnos sepan hacerlo? Es por ello que es nuestra obligación el ofrecerles actividades para descubrir qué habilidades han de practicar para que mejore el funcionamiento del grupo. Algunas de estas habilidades son: respetar el turno de palabra, no distraerse, hablar en voz baja, tener claros los objetivos, animarse, etc.
  1. El procesamiento grupal y la valoración del trabajo desarrollado por el grupo. Al finalizar el proceso es necesario que los participantes analicen y reflexionen sobre el trabajo desarrollado tanto de manera individual como grupal.

Asegurar el cumplimiento de estos 5 principios en el desarrollo de actividades cooperativas con los estudiantes, va a permitir al profesorado preparar a su alumnado mucho mejor para hacer frente a un futuro en el que la colaboración es clave. 

La tecnología ayuda a los docentes a preparar y llevar a cabo estas actividades asegurando el cumplimiento de estos principios. También, aporta la posibilidad de guardar un registro de la evolución de los estudiantes, permite plantear a los estudiantes actividades en las que la tecnología tiene que ser un aliado en la colaboración y permite al docente visualizar una evolución de cada uno de los estudiantes.


Marcos Ordiales es docente experto en metodologías activas, en concreto en aprendizaje cooperativo. Desarrolló un curso sobre cómo enseñar a usar esta metodología apoyándose en la tecnología. En él Marcos pretende presentar el aprendizaje cooperativo y capacitar a los docentes a saber llevarlo a cabo con sus estudiantes.

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