¡Hola! Soy Víctor Holgado y os voy a contar mi experiencia como Profesor Visitante en Estados Unidos, concretamente en el estado de Massachusetts, donde imparto las asignaturas de “Lengua Castellana”, “Matemáticas” y “Ciencias” en un colegio público de enseñanza dual.

Me embarqué en esta aventura principalmente para enriquecerme como persona, y poder conocer así una nueva cultura y un nuevo sistema educativo. Venía de dar clases en una escuela concertada de Madrid, en la que el nivel socioeconómico de las familias era medio-alto.

Al llegar, me encontré con un pueblo de cuarenta mil habitantes llamado Holyoke, situado en el oeste del estado. Aquí casi la mitad de la población es de origen puertorriqueño, por lo que la enseñanza del español en sus escuelas tiene sentido. El estado está dividido en distritos escolares, y Holyoke pertenece al más pobre de todos. Las familias tienen un nivel socioeconómico bajo, lo que desemboca en falta de fondos públicos para obtener recursos.

En Estados Unidos existen tres tipos de escuelas: la privada, la concertada y la pública. Los fondos para financiar esta última dependen de los resultados que cada escuela obtiene en unos exámenes estatales (MCAS), lo que provoca una presión añadida tanto a los maestros como a los alumnos a partir de tercero de Primaria. Como profesor de cuarto de Primaria, la preparación a éstos y otros tests estatales durante el año es vital para la promoción del maestro, aunque normalmente desde el equipo directivo te dicen lo contrario para calmarte.

Aparte de estos tests, todas las escuelas públicas tienen supervisores del distrito, asesores dentro de los centros, directores de los propios centros y el superintendente de cada distrito, que vienen unas dos o tres veces al mes para entrar en tu clase y evaluar tu trabajo como docente. Personalmente esto no me parece mal, ya que son educados e intentan pasar desapercibidos mientras están en el aula. Después de cada visita te presentan un feedback, que siempre suele ser positivo, para ayudarte a mejorar en tu labor docente según lo que consideren oportuno.

El colegio donde yo trabajo abarca desde 3 años de Infantil hasta quinto de Primaria, con dos líneas por curso y una media de 20 alumnos por clase. El programa se desarrolla de la siguiente manera: a cada maestro se le asigna un curso, que consta de dos grupos. Cada curso tiene dos maestros, uno para la parte en inglés, y otro para el español. En mi caso, tengo un grupo por la mañana y otro por la tarde, con lo que repito la misma lección dos veces al día. Las aulas son enormes en comparación con España, y en ellas puedes crear diferentes rincones de aprendizaje sin ningún problema de espacio.

En cuanto a la metodología en esta escuela, es totalmente diferente a lo que he estado acostumbrado en España (ABJ, gamificación, trabajo por proyectos, etc…). Aquí, y repito es mi caso personal, las habilidades blandas, tales como la cooperación entre compañeros, el trabajo en equipo y la humildad se trabajan poco. Me costó mucho introducir los proyectos en equipo, ya que el aprendizaje tiende a ser más individualista.

En cuanto a la libertad de cátedra, desde el equipo directivo te dicen muy educadamente que te amoldes a sus métodos (lectura, escritura, matemáticas, trabajo por centros, etc…), con lo que no dispones de un margen amplio para variar sus metodologías.

¿Qué es el trabajo por centros?

El trabajo por centros es la piedra angular del sistema educativo en Estados Unidos. El maestro divide a los alumnos en grupos de nivel para las asignaturas de Lectura y Escritura y Matemáticas.

Yo tengo cuatro grupos. Mientras tres de los cuatro están realizando trabajo independiente (fichas de ejercicios, juegos de mesa o juegos digitales relacionados con el currículo), el maestro se queda con el otro grupo para realizar un aprendizaje más cercano e individualizado.


Todas las aulas disponen de pizarras digitales, Smart TV, Ipads en los cursos más bajos y dos carritos de 30 Chromebooks en los cursos más altos. Además, a los maestros se les proporciona un ordenador portátil de trabajo.

Particularmente, los recursos digitales de esta escuela son mayores que en la escuela donde trabajaba antes, pero por otro lado, su único uso es lúdico, y al no existir la asignatura de informática, el centro no dispone de un plan de contenidos para desarrollar la competencia digital en el aula.


Por último, y muy importante, el ambiente del colegio es fantástico y muy familiar (puede ser debido a que se trata de una escuela pequeña). Tanto el equipo directivo, como los compañeros, siempre están dispuestos a echarte una mano en lo que haga falta. Durante la semana, se  destinan cinco horas de coordinación a la semana (dentro de tu horario). Si falta algún maestro, el distrito proporciona automáticamente y de manera eficaz sustitutos para que tus horas de preparación se respeten. También hay que destacar el cumplimiento del horario sin hacer horas de más.

En resumen, diría que los dos primeros meses fueron bastante duros, ya que hay que adaptarse a una nueva forma de vida docente y a un nuevo sistema educativo. Pero una vez que coges el ritmo, la carga de trabajo es menor, y en ese momento es cuando empieza tu verdadera experiencia 😉

Víctor Holgado Maján
@v_holgado

¿Qué os pareció este nuevo sistema educativo que nos hizo conocer Víctor?