Históricamente, los centros educativos ubicados en entornos rurales siempre tuvieron dificultades para ofrecer las mismas experiencias formativas que los colegios de los grandes centros urbanos y suburbanos.

Por su dimensión reducida, retos presupuestarios y falta de competitividad a la hora de contratar la mejor plantilla docente posible, las escuelas rurales suelen registrar tasas elevadas de fracaso y abandono escolar. Sin embargo, la tecnología está cambiando esta realidad y se está convirtiendo en una de las herramientas más eficaces para acortar distancias y disminuir esta brecha.

Los factores que explican el fenómeno

El mejor rendimiento de los estudiantes urbanos cuando son comparados con sus compañeros residentes en zonas rurales se debe en gran medida a las mejores condiciones de las que disponen en sus colegios, y esta disparidad de rendimiento se asienta en cuatro factores esenciales:

  • El factor familiar

    Segundo datos de la OCDE, el nivel educativo de los padres es considerablemente menor en las zonas rurales y, naturalmente, este hecho termina teniendo un impacto importante en cómo los alumnos se acercan a los estudios. El estímulo de los padres tiene una influencia positiva en el desempeño de los niños y en las áreas rurales la mayoría de los padres suele preocuparse menos por el rendimiento académico de sus hijos. Varios expertos defienden incluso que la influencia parental es el factor más determinante en las decisiones de los alumnos al largo de su vida estudiantil.

  • El factor socioeconómico

    Además del nivel educativo, la situación socioeconómica de la familia es uno de los factores que más afecta el desempeño de los alumnos en los colegios rurales. La mayoría de los estudiantes que que residen en estas zonas provienen de familias con ingresos bajos. Sus padres no suelen poder proporcionarles los recursos educativos suficientes en casa para que puedan lograr buenos resultados en la escuela. En comparación con los estudiantes de las zonas urbanas, los alumnos de colegios rurales tienen menor acceso a libros, vídeos y otros materiales educativos.

    La disparidad de rendimiento escolar entre alumnos de regiones rurales y sus compañeros de centros educativos urbanos puede explicarse en gran medida por cuatro factores esenciales: el nivel educativo de la familia, su situación socioeconómica, la falta de instalaciones y recursos adecuados y una menor preparación del personal docente

  • Falta de instalaciones y recursos

    No es solo en sus casas que los alumnos de zonas rurales tienen dificultad de acceso a recursos educativos de calidad. A pesar de la inversión hecha en las últimas décadas, muchas escuelas en estas zonas no disponen de instalaciones modernas y equipadas de acuerdo con los estándares practicados en colegios urbanos. La situación es además agravada por la continuada reducción del número de alumnos. De acuerdo con datos publicados por el diario El País, el número de alumnos matriculados en escuelas rurales decreció un 50% entre 2002 y 2012. El fenómeno de la despoblación en estas regiones se estabilizó algo en los últimos dos años después de tocar máximos durante la crisis, pero la tendencia se mantiene.

  • Profesores menos cualificados

    Como en cualquier otro entorno educativo, la clave de todo es el profesor. El poco atractivo ofrecido por los centros educativos rurales significa que no son capaces de reclutar los mejores docentes. Por más empeño y dedicación que tengan, la buena voluntad por si sola muchas veces no es suficiente para promover un mejor rendimiento de los estudiantes. La mayoría de los maestros prefieren no no desarrollar su carrera en el área rural porque creen encontrarán muchas dificultades. Así, la mayoría de los docentes enviados a áreas rurales son profesionales recién incorporados, contando con menos experiencia educativa.

La tecnología como elemento de cambio

Como con cualquier otro problema complejo, no hay recetas sencillas ni soluciones mágicas. El esfuerzo que hay que hacer para reducir las disparidades observadas entre estos dos grupos de alumnos tiene que ser colectivo e involucrar a padres, docentes, directivos escolares y responsables políticos, pero como ha quedado demostrado en múltiples estudios recientes, la tecnología puede tener un papel fundamental en ese esfuerzo. Y, sobre todo, en términos estrictamente económicos, la integración de tecnología en colegios rurales es la medida que mejores resultados ha producido en la relación inversión económica/mejoras de rendimiento registradas.

La implementación de un proyecto digital en el aula impulsa el empeño de los alumnos y facilita el trabajo de los profesores

Ordenadores, tabletas y demás recursos digitales, junto con una buena conexión de banda ancha a Internet, permite a los estudiantes no solo acceder a los mejores materiales pedagógicos disponibles, también tiene también un efecto muy relevante en su motivación y autoestima. El efecto cadena producido por estos estos factores ya se hace notar en las más recientes estadísticas  como se puede consultar en el último informe PISA o en el estudio conducido por el Banco Mundial.

La implementación de un proyecto digital en el aula impulsa el empeño de los alumnos, facilita el trabajo de los profesores y, en última instancia, promueve el desarrollo de toda la región bien más allá de las paredes del colegio.


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Un cierto sentimiento de abandono y soledad que muchos alumnos de colegios rurales sienten (sobre todo cuando hablamos de «microcolegios» con menos de 10 alumnos) es sustancialmente reducido con el hecho de poder acceder a una inmensa fuente de contenidos, estudiar de forma más estimulante y contactar con otros alumnos y profesores de todo el mundo.

Aunque aún queda mucho por hacer para que los colegios rurales puedan acercarse en términos de rendimiento individual a los resultados obtenidos por los estudiantes de los grandes centros urbanos, la tecnología ofrece muchas ventajas para lograr ese objetivo.


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