Por Miguel García, colaborador de realinfluences

Vivimos momentos de evolución y cambios de paradigma, y la educación no es una excepción. Limitarnos a los modelos conocidos de nuestro propio país empequeñece el alcance de nuestras miras y la capacidad de evolucionar y, por tanto, de mejorar. Esta reflexión ha llevado al educador, psicólogo e investigador Alfredo Hernando a emprender un viaje por medio mundo con la intención de conocer las escuelas más innovadoras.

El resultado es el libro Viaje a la escuela del siglo XXI, donde este docente disecciona en primera persona cómo trabajan las escuelas más innovadoras del mundo, presentando las claves de su funcionamiento y proponiendo cómo trasladar lo mejor de sus modelos educativos al nuestro.

Limitarnos a los modelos conocidos empequeñece el alcance de nuestras miras y la capacidad de evolucionar y, por tanto, de mejorar

En su viaje encontró diversas formas de innovación: desde el uso de la arquitectura como sistema de mejora, hasta algunas de las mejores innovaciones fruto de la necesidad y la ausencia de recursos, y de cómo escuelas en situaciones de alarmante precariedad compensaban sus necesidades con creatividad e imaginación, ayudando así a educar a los que más lo necesitan.

Cuatro escuelas, cuatro ejemplos

En dicha búsqueda, Alfredo acabó encontrando (entre otros muchos) cuatro ejemplos maravillosos de innovación educativa que hoy recogemos en este post. Desde el uso de la arquitectura del centro en Dinamarca, hasta las “Escuelas Barco” que dan cobijo a los más necesitados en Bangladesh.

Nacida de la reforma del sistema educativo danés, esta escuela enfocada a estudiantes entre los 16 y 19 años hace de su arquitectura una de las principales atracciones para mejorar su sistema de enseñanza. En ella se hacen primar materias como la comunicación, interacción y trabajos en equipos a través de las denominadas “clases en asamblea”. Con ello se busca sacar a los alumnos de la individualidad y competitividad que marcan otros sistemas y aplicar un método cooperativo a través del uso de las nuevas tecnologías.

En un lugar donde el 51% de una población de 6 millones de personas es del género femenino, muchas mujeres viven en condiciones de exclusión y alfabetización. Un paisaje típico podrían dibujarlo áreas rurales sin acceso a electricidad ni medios para subsistir. En medio de este panorama, el centro Barefoot College, originalmente construido para la captación solar, ofrece, sin exámenes ni profesores titulados, clases nocturnas que permiten alfabetizar e impartir formación agraria que dé medios de subsistencia a aquellas personas que se encuentran en una situación de necesidad.


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La pobreza no es solo cosa del tercer mundo. En Nueva York, como en todas las grandes ciudades, existen barrios con mayores tasas de exclusión social, lo que dificulta el acceso de miles de estudiantes al sistema educativo y, por tanto, a una oportunidad en su vida laboral. Tras varios intentos de acercar la escuela a los ‘guetos’, el anzuelo perfecto fue finalmente la Tienda de recambio para superhéroes donde la temática épica de sus actividades, estética y demás, invita a los más pequeños a pasar por su centro, sumergiéndose en un proyecto educativo que puede cambiar sus vidas.

  • Escuelas barco (Bangladesh)

Desde la década de 1980, Bangladesh es una tierra maltratada por las inundaciones, que no ha permitido la implantación de sistemas educativos estables. Y es que durante la época de monzones, las escuelas no tienen más opción que cerrar: se calcula que en las inundaciones del año 2007 más de 1,5 millones de estudiantes se vieron afectados por los efectos de las fuertes lluvias. Frente a esta terrible adversidad, surgen las denominadas “Escuelas Barco”, en las que unos 1.800 niños reciben educación primaria en una flota de 22 barcos. En ellas, además de las cuestiones básicas, se les enseña a convivir con su entorno y a paliar los efectos de las duras condiciones de vida que les rodean. Cuentan, además, con bibliotecas o escuelas para adultos donde se forma en cuestiones relativas a nutrición, salud, agricultura sostenible, etc.

¿Y tú, qué ejemplo de escuela innovadora conoces?