Por Lucía Sicre, periodista y colaboradora de BlinkEdTech

5 consejos para incentivar la lectura en los niños

Una de las principales preocupaciones que, como educadores o padres, solemos experimentar, es aquello que vamos a dejar de nosotros en esa persona que apenas empieza a vivir. En qué podemos influenciarle de manera positiva y qué armas le vamos a dar de cara al resto de su vida. Una de las más útiles, a la par que sencilla, es el hábito lector.

La lectura es una actividad tremendamente completa: agiliza la mente, nos aporta conocimiento y cultura, nos ayuda a escribir mejor y, por ende, a expresar de forma más fluida nuestras ideas, pensamientos o emociones. Un niño que lee se convertirá en un adulto culto, con inquietudes intelectuales y una inteligencia emocional que le servirá para relacionarse en el mundo externo.

«La lectura agiliza la mente, nos aporta conocimiento y cultura, nos ayuda a escribir mejor y, por ende, a expresar de forma más fluida nuestras ideas, pensamientos o emociones»

Para ayudar docentes y padres en esta tarea de inculcar el hábito de la lectura en los más pequeños, aquí dejamos 5 útiles consejos expertos para incentivar la lectura en los niños:

1.      Acercarles contenido de su interés

Es un error habitual querer compartir con nuestros alumnos o con nuestros hijos las lecturas que a nosotros nos emocionaron a su edad, y es algo sano. Sin embargo, no podemos pretender que sus intereses coincidan en esencia con los nuestros. Proponerles un libro o guiarles en determinadas lecturas está bien, pero no se puede convertir en una imposición. Del mismo modo, no todos los niños tienen los mismos intereses. En el aula, es posible recomendar libros distintos a distintos alumnos. Al fin y al cabo, se trata de ayudarles a desarrollarse como individuos únicos y especiales.

2.      Asociar la lectura al juego

En la línea del punto anterior, no hay mejor manera de desincentivar a un niño para que lea que imponerle una lectura o castigarle con ella. Por eso muchos profesores tienden a introducir los libros en su vida de manera gradual, relacionándolos con el tiempo libre y el juego, de manera que llegue el momento en el que sea el niño quien decida emplear su espacio de ocio en ello. La libertad de elección por parte del niño ayuda mucho, al otorgarle la responsabilidad y el placer de formar su propia ‘librería’.

3.      Organización y rutina

Un buen primer paso para crear el hábito lector en los niños es crear una rutina. Por ejemplo, leer antes de irse a dormir, o dedicar unos minutos en clase a la lectura comprensiva. En este sentido, el docente puede ir marcando una pauta de lectura gestionando la introducción de libros en el día a día de la escuela. La clave es que llegue un momento en que el propio niño decida leer por placer.

4.      Compartir y comunicar

Como en cualquier otra actividad, es importante mantener la comunicación con los niños y estar al tanto de sus intereses y formar parte de su desarrollo como lector. Esto nos ayudará a conocerles mejor y poder ayudarles a aprovechar mejor sus cualidades y gustos.

5.      Dar ejemplo

Sí, también nos toca a nosotros. Los niños son máquinas de repetir aquello que observan en el aula y en sus casas, y un ambiente con más libros, periódicos o revistas irá configurando la forma en que el niño se relacione con la lectura. Además, no hay que pasar por alto que las nuevas tecnologías lo ponen mucho más fácil: gracias a las tabletas y demás dispositivos, la lectura puede transportarse a cualquier lugar y se asocia con medios más atractivos, como los audiovisuales, de forma que ‘engancharles’ al conocimiento se convierte en un tarea más sencilla si utilizamos las herramientas adecuadas.

En definitiva, inculcar el hábito lector a los futuros adultos es uno de los mejores regalos que podemos hacerles. Les ayudaremos a crecer tanto intelectual como emocionalmente, y con esta pequeña guía de consejos no será nada difícil.