Por redacción BlinkEdTech

Algunos países europeos están por primera vez estudiando la posibilidad de adoptar el sistema de la semana escolar de 4 días implementado desde hace más de 20 años en casi la mitad de dos estados de Estado Unidos.

Es un modelo polémico que divide educadores y responsables políticos del sector educativo pero que ha demostrado contar con varios aspectos positivos donde ha sido implantado. Uno de los países que se plantea estudiar la medida es curiosamente Francia, el único estado europeo que hace menos de 8 años mantenía la semana escolar de 6 días (con clases los sábados por la mañana). Para el curso que ahora empieza, los colegios privados franceses han decidido ir más allá e implementar una semana escolar de 4 días y medio.

Reino Unido y Holanda tienen también en marcha experimentos piloto para probar el modelo pero, ¿estarán los países europeos realmente preparados para adoptar el sistema estadounidense?

Varios estudios sugieren que trabajar solo 4 días cada semana trae incrementos sustanciales en productividad y niveles de satisfacción de los trabajadores. Argumentos similares están ahora siendo utilizados en el debate sobre la semana escolar reducida

Argumentos a favor y en contra de la semana reducida

El debate en torno de la semana laboral de 4 días empezó hace mucho tiempo pero está ganando progresivamente más defensores en los últimos años. Varios estudios sugieren que trabajar solo 4 días cada semana trae incrementos sustanciales en productividad y niveles de satisfacción de los trabajadores y muchas publicaciones de prestigio dedicadas a economía y negocios como Forbes, Economist o Business Insider han abogado por su implementación.

Argumentos similares están ahora siendo utilizados en el debate sobre la semana escolar reducida e incluyen:

A favor

  • Ahorros para las escuelas
    En muchos casos, las escuelas que han elegido para instituir la semana escolar de 4 días lo hizo por motivos financieros. Un día menos funcionando supone recortes importantes en gastos operacionales y administrativos como mantenimiento, luz, seguridad, etc. Escuela que han probado el modelo han reportado ahorros de hasta un 5% en sus presupuestos anuales.
  • Mejora del Rendimiento académico
    Mientras que sus detractores afirman que los estudiantes que hicieron el cambio a una semana de 4 días tendrían un rendimiento menor, los primeros estudios conducidos sobre el tema han demostrado lo contrario. Sobre todo en los cursos de primaria, hubo incrementos importantes en las calificaciones de matemáticas y lengua. Simultáneamente, se han verificado reducciones significativas en las tasas de absentismo.
  • Promueve la Responsabilidad
    Una semana escolar de 4 días es una buena manera de inculcar el sentido de la responsabilidad individual en un niño, de acuerdo con los estudios. Dar a los niños un día libre adicional les enseña la importancia de gestionar mejor su tiempo, a la vez que les retira la excusa de una sobrecarga de trabajo.
  • Estudiantes y profesores más motivados
    Un día más libre de clases significa estar descansado y listo para trabajar con más ganas en las jornadas escolares. Los estudios apuntan a mejoras de ánimo y moral de maestros y alumnos, ya sea en el aula o en la preparación de las lecciones. Cuando el personal escolar y los estudiantes son capaces de aportar un mayor esfuerzo cuatro días a la semana, los niveles de estrés disminuyen significativamente, y eso resulta en mejores desempeños. Varios profesores que han impartido clases en este modelo consiguen organizar y plantear su trabajo de manera mucho más eficiente.

Con la semana escolar de 4 días, sobre todo en los cursos de primaria, hubo incrementos importantes en las calificaciones de matemáticas y lengua. Simultáneamente, se han verificado reducciones significativas en las tasas de absentismo.

En contra

  • Enfoque disminuido
    Mientras algunos alumnos son capaces de hacer el cambio a la semana escolar de 4 días fácilmente, adaptándose y apreciando los beneficios de un fin de semana de tres días, otros presentan más dificultades a la hora de cambiar. Todos los estudiantes aprenden de manera diferente y no siempre son capaces de lidiar con el cambio dramático de sus rutinas, sobre todo cuando la semana reducida supone necesariamente jornadas escolares más largas. Este es un problema que, defienden los profesores, podría ser disminuido con un mayor enfoque en personalización educativa y nuevas metodologías de enseñanza.
  • Las preocupaciones de cuidado de niños
    Si hablamos de alumnos de Primaria o ESO, un día libre más para los niños (cuando no acompañado de un otro para sus padres) supone gastos adicionales con campamentos u otras actividades. Mientras que los partidarios del modelo realzan las virtudes de buscar soluciones de acompañamiento de los niños para aumentar la flexibilidad familiar, la situación puede presentar problemas para los padres que trabajan jornadas laborales tradicionales.
  • Un aprendizaje menos cercano
    Algunos alumnos son capaces de recibir tareas y realizarlas con menos contacto directo con los docentes, mientras que otros necesitan el tiempo extra en el aula con los maestros. Privar a los estudiantes del tiempo que tradicionalmente pasaban con sus profesores puede impactar negativamente su capacidad de aprendizaje. Sin embargo, debe referirse que casi todas las nuevas metodologías de enseñanza moderna caminan en el sentido de reducir el tiempo de contacto entre docentes y estudiantes, enfocándose cada día más en la responsabilización individual de los alumnos y el trabajo colaborativo con compañeros.
  • Supone un ritmo acelerado
    Al instituir una semana escolar de 4 días, un sistema escolar tiene que acelerar su plan de estudios de manera a cumplir con la totalidad del curriculum académico. Algunos alumnos pueden manejar el aumento de ritmo con relativa facilidad y responder bien a la condensación de materia impartida. Otros no obstante pueden sentir la presión añadida de mantener el ritmo de sus compañeros y terminar sintiéndose frustrados.

Cambio de paradigma en Cantabria

Este curso escolar los alumnos de Cantabria tendrán ya un nuevo calendario lectivo. Compuesto por cinco bimestres seguidos de una semana de vacaciones, en lugar de los tradicionales tres trimestres y tres períodos de interrupción de clases, este modelo sigue los que se encuentran ya implementados en países como Francia, Alemania y naciones escandinavas, y es una novedad en España respondiendo a peticiones de los sindicatos de profesores que consideran las actuales vacaciones de verano demasiado largas.

Uno de los países que se plantea estudiar la medida es precisamente Francia, el único estado europeo que hace menos de 8 años mantenía la semana escolar de 6 días

No obstante, la decisión de la junta de educación de la comunidad autónoma ha sido muy criticada por asociaciones de padres de toda España, y desde Cantabria los padres impulsaron una petición online para revocar la medida. Sus objeciones al cambio se centran sobre todo en las dificultades adicionales para compaginar sus propios calendarios laborales con los de sus hijos, y un recelo generalizado que el nuevo modelo pueda impactar negativamente el desempeño académico de los alumnos, aunque el número de días totales se mantenga (175).

No hay modelos perfectos

Independientemente de las múltiples opiniones existentes sobre el tema, existe una percepción generalizada que la actual situación educativa necesita una reforma profunda que se adapte a los cambios y las exigencias de la sociedad y el mercado laboral modernos.

La semana escolar de 4 días es un modelo flexible (y con varias variantes) con resultados positivos demostrados en algunos de los países más desarrollados. Puede, sin embargo, que sea demasiado pronto para que un bloque de naciones tan heterogéneo como es el europeo – más cuando se enfrenta a importantes retos de concertación social y política en muchos otros sectores de actividad -pueda emprender un cambio ta radical en la educación.

Referencias:

 


Fotografía propiedad de BlinkLearning