Por Toni Solano, profesor de Lengua y Literatura y formador en Educación-TIC


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Expliqué hace unos años las ventajas e inconvenientes de la docencia compartida. Pasado el tiempo sigo defendiendo la mayoría de ellas y añado algunas actualizadas:

  • Todas las decisiones que se toman en el aula han de ser consensuadas previamente, por lo que resulta difícil incurrir en fallos o cometer descuidos.
  • Se toma conciencia de los aciertos y errores de cada uno de los profesores y se complementan sus habilidades.
  • Se aceptan términos medios en metodologías dispares.
  • Se establecen criterios de evaluación mucho más precisos a la hora de calificar.
  • Se puede estar en varios sitios a la vez (uno se queda en el aula y el otro va a por material, por ejemplo)
  • Nunca se pierde clase por falta de un profesor.
  • Se pueden manejar materiales distintos o trabajar distintas tareas en una misma clase.
  • Se da respuesta inmediata a cualquier contingencia.
  • Hay una mayor atención a la diversidad; por ejemplo, uno de los docentes puede atender durante más tiempo a un alumno con N.E.E. mientras el otro sigue el ritmo normal.
  • Se pueden aplicar de manera inmediata y con mayor justicia las normas de convivencia; por ejemplo, no hay que parar la clase si hay un alumno disruptivo, pues un docente lo acompaña fuera y llama en el mismo momento a la familia si es preciso.
  • Hay menos liderazgo en las aulas y se ‘democratiza‘ el espacio.
  • Se puede gestionar el aula como un taller de trabajo (ideal para el ABP)
  • Se puede dividir el aula en dos grupos separados si se necesita puntualmente.

La docencia compartida ‘democratiza’ el aula

También habría que señalar algunas dificultades, sobre todo las referidas a la falta de horas para coordinarse fuera del aula, aunque el principal problema es que la administración nunca nos ha garantizado recursos para mantener esta metodología y tenemos que luchar por ella año tras año.

Debo aclarar que esta metodología está indicada, en Secundaria, sobre todo para 1º y 2º de ESO, donde muchos centros suelen (o solían) contar con horas de refuerzo para profesores de asignaturas instrumentales, generalmente, o para los planes de atención a la diversidad; aunque creo que en Primaria también sería interesante. También señalo que en nuestro caso somos dos docentes de la misma especialidad y con la misma responsabilidad en el aula, tanto para la docencia como para la evaluación. Me consta que hay experiencias similares con un profesor de secundaria y un maestro de Pedagogía Terapéutica; en esos casos, el reparto de roles sería distinto.

La administración nunca ha garantizado recursos para mantener la docencia compartida

Para los que se planteen trabajar de este modo en sus aulas, ahí van algunas recomendaciones:

  • Los docentes implicados deben compartir, al menos, una misma visión de la Educación, teniendo claras las funciones del docente y las necesidades del alumnado.
  • Se necesita consensuar previamente los criterios de calificación, privilegiando el cumplimiento de las tareas sobre la nota de los exámenes.
  • Se debe reducir al mínimo la explicación teórica, pues la presencia de dos docentes garantiza que las dudas se resolverán en la medida en que se realizan las tareas. Importante: las tareas se realizan en el aula y se limitarán al mínimo los deberes para casa.
  • Los docentes actúan como supervisores de aula en igualdad de condiciones, aunque en alguna tarea puntual puedan asumir el control único en función de sus habilidades.
  • Hay que reservar horas (generalmente fuera de horario) para planificación, seguimiento y evaluación de los grupos compartidos.
  • La evaluación ha de ser siempre colegiada.
  • Trabajar dos docentes en el aula significa para los alumnos doble atención, no la mitad de trabajo para los docentes.
  • Es conveniente preparar alguna autoevaluación para monitorizar la práctica docente.

Dos docentes en el aula significa doble atención para los alumnos, no mitad de trabajo para los profesores

En este sentido, hace unos años, pasamos una encuesta anónima a los alumnos de 2º de ESO para evaluar distintos aspectos didácticos. Había tres puntos en los que se pedía opinión sobre la docencia compartida. Los resultados nos sorprendieron gratamente:

El 72% de los alumnos (38 sobre 53) consideraba positivo tener dos profesores en clase. El mismo porcentaje consideraba que los dos profesores estaban organizados en el aula. Sólo un 24% hubiese preferido dividir el grupo, muy lejos del 62% que no lo deseaba. Únicamente cuatro alumnos del total de 2º de la ESO del centro consideraron negativa la experiencia; la razón que daba uno de ellos es que «si uno no viene un día, el otro sí y así todos los días damos clase» (efectivamente, de este modo los alumnos no pierden un solo día de clase por ausencias de los profesores).

Quienes siguen pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor, deberían mirar más hacia el futuro y apostar por nuevos roles docentes. Esta docencia compartida forma parte de la idea de transparencia y visibilidad de las aulas y del trabajo que se desarrolla en ellas. Considero que es fundamental abrir las puertas del aula y romper de una vez por todas con la imagen del profe como lobo solitario que soporta en silencio sus alegrías y tristezas a puerta cerrada. Siempre mejor acompañados.


Toni Solano es profesor de Lengua y Literatura y Coordinador del Prácticum de Secundaria en el IES Bovalar de Castellón de la Plana. Imparte cursos de formación del profesorado y ha sido profesor de Didáctica de la Lengua en la Universitat Jaume I. Es conocido también por su blog Re(paso) de lengua (http://www.repasodelengua.com/) y por su participación y creación de proyectos colaborativos: “Callejeros Literarios”, “Homenaje a Miguel Hernández”, “Un paseo con Antonio Machado”, “Piénsame el amor y te comeré el corazón”, “El Quijote sincopado” o “El barco del exilio”. Ha recibido el sello Buenas Prácticas 2.0, Leer.es y el premio Espiral Edublogs. Recientemente ha participado como tutor en los cursos en red del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado (INTEF) y como curador de contenidos en el MOOC de Aprendizaje Basado en Proyectos.


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