Por Gonzalo Baranda, CEO de Blinklearning

La tecnología puede ser la herramienta que solvente el principal problema de la edcuación en América Latina, la accesibilidad de todos. 

Algunos datos a tener en cuenta cuando hablamos de educación en la región:

Latinomérica tiene una población de 620 millones de habitantes con un peso muy importante de la población joven, y por tanto de personas en edad de estudiar, según datos de las Naciones Unidas 266 millones tienen entre 5 y 29 años.

Para cualquier país en vías de desarrollo la educación es uno de los motores de crecimiento más importante. De ahí que la inversión pública en América Latina en educación ha aumentado significativamente en los últimos años, situándose en promedio ligeramente por encima del 5% del PIB, cerca del 5.6% en el promedio de la OCDE en 2012.

Además se están impulsando proyectos de envergadura a nivel estatal. algunos de ellos centrados en la digitalización en el aula como el Plan CEIBAL en Uruguay.

Una elevada tasa de población joven en edad académica, la educación como motor de crecimiento para los países en vías de desarrollo, un aumento en la inversión pública y la ambición de un pueblo que busca un futuro mejor para la región a través de una democratización de la educación marcan la situación actual de la región .

Por otro lado existe la convicción por parte de los jóvenes, de la emergente clase media, de que la educación es el arma principal para poder tener un futuro mejor para ellos y su comunidad, y tienen la aspiración de colocar su región en el nivel de desarrollo que se espera de ella.

Según un estudio realizado por el Financial Times y Telefónica sobre los millennials (los nacidos entre 1980 y 2000) en LATAM, el principal problema a resolver es la educación y la desigualdad social, factores que de hecho están relacionados en el continente: aquellos con mayores ingresos tienen más probabilidad de obtener una edcuación superior.

¿Cuáles son los principales problemas educativos?

El gran desafío de la educación en América Latina es la desigualdad y el hecho de que sólo aquellas familias con recursos pueden acceder a una educación superior.

También el alto abandono escolar, sobre todo en el instituto, lo que está relacionado con la falta de recursos de muchas familias para hacer frente al coste de la educación.

La deficiencia de infraestructuras y profesores cualificados, lo que se hace más evidente en países extensos con zonas remotas de difícil acceso como México, Brasil o Colombia.

La falta de escolarización de las comunidades en riesgo de exclusión como los pueblos indígenas o los discapacitados.

¿Cómo puede la tecnología mejorar la educación?

En primer lugar es importante resaltar que la penetración de los dispositivos móviles en la región (smartphones y tablets) está siguiendo un ritmo vertiginoso y se espera que para el 2018 alcance al 50% de la población.

Un joven con un dispositivo no sólo tiene un potente arma de socializción, sino también una potencial ventana de acceso a contenido educativo digital que con la supervisión de un docente ya sea presencial o a remoto, puede acabar con el factor aislamiento que sufren muchas poblaciones.

La aceleración en la penetración de dispositivos puede ser la llave para que estudiantes y profesores accedan a contenido educativo de calidad más allá de si pueden permitirse un colegio de primer nivel.

El contenido digital puede reducir el coste de los libros, ya que potencialmente un libro digital tiene menos coste que un libro de papel que necesite de la impresión. Este hecho puede democratizar el acceso a la educación de los que tienen menos recursos.

Los Gobiernos son consicnetes de ello, de ahí que por ejemplo el Estado de México haya lanzado la Estrategia Digital Nacional.

Todos estos factores hacen que la región e América Latina abrace ala tecnología como el catalizador que pueda resolver algunos de los problemas más importantes en materia de educación: accesibilidad y coste de los recursos.

 

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