En este curso 2022 entra en vigor la nueva ley de educación, la Ley Orgánica 3/2020 – LOMLOE. Esta ley surge con una finalidad muy clara, que es aumentar las oportunidades educativas y formativas de toda la población, contribuir a la mejora de los resultados educativos del alumnado, y satisfacer la demanda de una educación de calidad para todos. Pero, a la vez, conlleva ciertas novedades en el enfoque y los objetivos, que deja numerosas dudas en el aire para profesorado, alumnado y padres.

Salvador Carrión, docente de educación primaria y secundaria, formador de docentes en gamificación y TIC, además de asesor del Ministerio de Educación en la elaboración de la ley, nos cuenta las principales novedades y las diferencias entre los nuevos conceptos introducidos como las situaciones de aprendizaje, el perfil de salida o los descriptores operativos, entre otros.

Un cambio de paradigma: del modelo instruccional al competencial

Para empezar, para Salvador Carrión es importante hacer una pequeña revisión de los cambios de leyes previos a la LOMLOE y del paso del modelo instruccional al modelo competencial.

Antes, el modelo educativo se basaba en la idea de que las personas tenían unas fases en su desarrollo vital de:

  • Formación, donde se recibía toda la información y el aprendizaje que se iba a necesitar para la vida.
  • Aplicación, en el que se iba a poner en práctica en el trabajo todos esos conocimientos adquiridos previamente.

Entonces, la creencia era que las personas con un trabajo «más complicado», iban a tener un proceso de formación más largo. Este modelo, basado en estas dos fases vitales, se ha mantenido durante décadas. 

Hubo varios elementos disruptivos pero uno, sobre todo, que cambió todo: la digitalización. Es decir, la aparición de las TIC, de Internet, de las tecnologías de la información y la comunicación. Esto provocó grandes cambios, podemos decir incluso un cataclismo a nivel social. Una de las diferencias más importantes es que ahora la información está disponible en muchos más formatos, en un montón de sitios y se puede acceder en cualquier momento de la vida.

Por otro lado, la innovación tecnológica se acelera a unos niveles enormes. En otro tiempo, se podía tener la certeza de que lo que aprendía un niño en la edad de la formación, le iba a valer durante su vida adulta. Ahora ya sabemos que eso no va a pasar ni en la fase vital de formación. Entonces deja de tener sentido ese proceso formativo, porque la formación no puede acabar nunca, porque tenemos que estar aprendiendo siempre cosas nuevas, porque hay unas tecnologías completamente nuevas, que van cambiando todo el rato.

A raíz de estos cambios, es que en toda Europa se propone un cambio radical del modelo educativo hacia un modelo competencial, donde ya no es tanto lo que sé, sino cómo lo sé hacer. 

En toda nuestra vida el proceso de aprendizaje es continuo y además, es necesario que el niño no solo aprenda las cosas, sino a hacer las cosas. Tiene que ser capaz de aplicar las cosas que va aprendiendo a lo largo de la vida.

«Mi padre me cuenta que en sus tiempos se aprendían 800 ríos..es que tenías el modelo instruccional en el que era la única manera de aprenderte de los ríos. Pero ahora los tengo a mano y me viene mejor buscarlos en Google Maps, o saber para qué sirve un río, cómo modifican un entorno, etc.» cuenta Salvador.

Por eso, la clave cuando hablamos de las distintas leyes educativas es plantearnos cómo han visto este modelo competencial, cómo lo aplico a mis centros educativos y este es el debate que hemos tenido en los últimos años.

Un repaso por las anteriores leyes educativas

  • LOE (2006): Fue la primera legislación que apostó claramente por este modelo competencial y que introduce el concepto, disruptivo para ese entonces, de competencias. No sólo las competencias pertenecen a todas las asignaturas sino que además, van por encima. Los alumnos tienen que saber cosas que están por encima de las asignaturas.
  • LOMCE (2013): No hay un cambio tan brusco, ya que gran parte del texto y conceptos que se mantienen son de la LOE. Pero hay cambios interesantes en la LOMCE, como los Criterios de evaluación.

El inconveniente que surgía con las competencias, es que a la hora de aplicarlas se quedaban un poco vacías. Entonces lo que la LOMCE hace es aplicar las competencias junto a unos ciertos criterios de evaluación.

Como resultado, se crean unas listas muy exhaustivas que detallan todo lo que el alumno tiene que saberse en cada área. Es decir, se toma un saber, se le agrega una aplicación de ese saber, y se realiza una lista de lo que los alumnos necesitan saber hacer y con qué conocimientos.

Para Carrión, está muy bien a la hora de uniformizar y es muy cómodo para los docentes, ya que es una lista muy definida de lo que el alumno tiene que saber. Pero, a la vez, se pierde flexibilidad.

La nueva ley de educación, la LOMLOE (2020)

Con la LOMLOE, el enfoque es diferente al de la LOMCE. También parte de la base de la LOE y tiene una manera distinta de plantear estos criterios de evaluación. 

Como veíamos en la LOMCE, estos listados de lo que tenía que saber el alumno simplificaban algunas tareas de los docentes. Pero a la vez, dejaban con muy poca flexibilidad

«¿Qué pasa si, por ejemplo, llega la pandemia de covid y quiero ver el tema con mis alumnos? Con la LOMCE, no tengo ningún criterio de evaluación que sea el covid o las «pandemias» porque no estaba pensado y si soy estricto no podría darlo, no podría explicárselo a mis alumnos. La LOMLOE plantea un modelo distinto donde esto sí sería posible».

Descriptores operativos

Los descriptores operativos -que suelen ser entre 3 y 5 por ciclo-, se basan en la idea fundamental de que estas competencias básicas según la legislación, son conceptos abstractos de llevar al aula. Entonces la idea es definir, describir un poco más esas competencias.

Por ejemplo, para la competencia en comunicación lingüística (ver ejemplo en el gráfico): «Expresa hechos, conceptos, pensamientos, opiniones o sentimientos de manera oral o escrita de manera correcta…”, si el alumno cumple los 3 o 5 descriptores operativos de la competencia lingüística, habrá cumplido la competencia en comunicación lingüística.

La clave es que si el alumno tiene estos descriptores operativos cumplidos, tiene el perfil de salida. 

Perfil de salida

El perfil de salida es como queremos que salgan preparados nuestros alumnos de la educación básica, de la primaria y de la secundaria. Es decir, la serie de habilidades que queremos que nuestros alumnos tengan. A diferencia de los descriptores operativos que son por niveles, el perfil de salida está pautado por ciclos, es decir, hay un perfil para primaria y otro para secundaria.

Además, el perfil de salida tiene una serie de habilidades que son un poco abstractas, por ejemplo, que tenga “espíritu crítico”, “hábitos saludables”, “actitud responsable” o que “vea la incertidumbre como oportunidad». 

Competencias específicas 

Con la LOMLOE, la decisión del paso de ciclo es una decisión colegiada y no depende de una sola asignatura. Esto se debe a que todas las áreas tienen responsabilidades en cada uno de los descriptores operativos y tienen que trabajar todas las competencias. El elemento curricular que nos ayudará a organizar y definir esta interacción son las competencias específicas.

Para concretar cómo se trabajan con estas competencias específicas, la LOMLOE incorpora los “criterios de evaluación”, que vienen directamente de estas competencias específicas.

En el caso del ejemplo anterior, la pregunta sería: ¿cómo consigo saber si mi alumno reconoce la diversidad lingüística? Para eso establece unos criterios, que recuerdan a los estándares de la LOMCE, que me ayudan a decidir si tiene esas competencias específicas cubiertas.

Si todas las áreas tienen esas competencias específicas, entonces tengo los descriptores operativos. Y si tengo todos los descriptores operativos, tengo el perfil de salida. 

Saberes básicos

Aparte de los criterios de evaluación, los cuales son competenciales, también tengo una serie de saberes básicos, que se consideran saberes fundamentales y necesarios para tener estos criterios de evaluación y estas competencias específicas resueltas. Por ejemplo, yo no puedo saber la diversidad lingüística del mundo, si primero no se lo que es una lengua, o no se lo que es el mundo.

Hay una diferencia conceptual importante entre los saberes básicos y los contenidos de la LOMCE. En primer lugar, el enfoque no se puede poner en los contenidos sino que se hace en los criterios de evaluación: que cosas tiene que saber el alumno. De hecho, son los criterios de evaluación lo que se tiene que evaluar. Se parte del criterio de evaluación y a partir de ahí, elegimos el saber básico.

La idea de los saberes básicos se basa en ¿qué necesita saber una persona dentro de 30 años, tras terminar el sistema educativo? «Tendrá que saber las causas del cambio climático y sus consecuencias. Pero, a lo mejor, saberse exactamente la lista de gases del efecto invernadero, dentro de 30 años no le servirá si no se dedica a esto. Claro que igualmente se lo debo enseñar pero no son considerados saberes básicos, son complementarios. Puedo añadir los que yo considero necesarios para que el conocimiento sea completo».

¿Dónde encontrar los Saberes básicos? Hay una lista, que se puede ver aquí.

Situaciones de aprendizaje

Con las «situaciones de aprendizaje», La LOMLOE plantea una manera muy novedosa de trabajar en el día a día en el aula. Es un enfoque metodológico muy abierto ya que no van a decir «cómo tenemos que hacer las cosas» pero sí nos dará pistas de «cómo se espera que trabajemos en el aula».

«Al final, en el día a día, cuando el docente programe lo va a hacer en situaciones de aprendizaje».

En el criterio de evaluación del ejemplo de la imagen («Reconocer la información…») se busca que el alumno sea capaz de ver la tele o leer algo y sea capaz de no tragarse una teoría conspirativa, que sea capaz de dilucidar si es verdad o es un bulo.

«¿Cómo lo planteo en mi clase? Como es una tarea competencial y tiene que aprender a hacer algo, en este caso a “reconocer la información  temas biológicos y geológicos con base científica, distinguiéndola de pseudociencias”, no la puedo plantear sobre el vacío. La idea de estos criterios de evaluación es que se trabajen con una serie de saberes básicos«.

Mi tarea como docente, es hacer la combinación de criterios y saberes que considere más adecuada. Puedo elegir con qué saber o saberes puedo aplicar un criterio de evaluación. Y cuando lo hago, tengo una «Situación de aprendizaje».

Entonces, puedo hacer que reconozca estas informaciones aplicándolo junto con el saber básico de, por ejemplo, las causas del cambio climático, o con la importancia de la vacunación en la prevención de enfermedades, o las características y elementos propios de una dieta saludable. En este último caso puedo, a partir de un catálogo de una dieta milagro, valorar científicamente si esta dieta tiene sentido desde un punto de vista nutritivo.

La gran ventaja es que da flexibilidad. Puedo adaptar las clases a lo que está pasando en la vida. Las situaciones de aprendizaje lo que requiere la ley es que estén contextualizadas.

¿Cómo deben ser las situaciones de aprendizaje?

  • Contextualizadas (siempre que sea posible)
  • Partir del interés del alumno
  • Activas y autónomas
  • Lograr interacción
  • Tener agrupaciones variadas
  • Que tengan como resultado un producto, que pueden ser en distintos formatos

La LOMLOE: una oportunidad hacia la creatividad

Para terminar, es importante decir que la manera de trabajar por competencias no es algo que se haya inventado aquí, hay mas países donde se aplican leyes parecidas, donde se plantea esta manera de trabajar por competencias.

Yo lo veo como una oportunidad y también como un reto.

Y en esos países donde se ha aplicado, también costó la incorporación, porque no es lo mismo tener que saberse ciertos conocimientos que poner a desarrollar situaciones de aprendizaje, es un trabajo duro.

Si bien es un reto para los docentes, a cambio esta flexibilidad va a permitir aflorar la creatividad. Yo puedo enfocarme en saberes básicos más concretos, merece la oportunidad de trabajar pocas cosas pero con más profundidad que muchas con mucha amplitud.

Además, de intentar probar cosas nuevas. Hay un montón de técnicas y metodologías que se sabe que funcionan y es una buena oportunidad de plantearlo. Y también la colaboración, si todos los profesores empiezan a compartir sus situaciones de aprendizaje, va a ser mucha mas sencillo.

Para ver el webinar completo #TipsDocentes «Todo lo que necesitas saber de la LOMLOE:


Sobre Salvador Carrión 

Salvador Carrión es licenciado en Biología, docente de Educación Primaria y Secundaria bilingüe del área de Ciencias. Tiene un Máster en Comunicación y Educación en la red. Es docente en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid y también formador de docentes en gamificación y aplicación de las TIC en el aula. Además, ha sido asesor MEC para la elaboración del currículo de la LOMLOE.